viernes, 16 de diciembre de 2011

¿DESMANTELANDO EL ESTADO?

Recortes, supresiones, reducciones, ajustes y demás vocablos están presentes a todas horas desde el inicio de esta crisis. A todas horas se encargan los medios de propaganda oficial de recordarnos cómo el Estado se desmorona debido al enorme agujero que debe tapar en las cuentas públicas. Sin embargo, en ninguno de estos medios aparece un pequeño matiz que cambia totalmente el significado de estas expresiones. Lo que se viene abajo no es el Estado sino las prestaciones que hasta hace poco venía ofreciendo a la ciudadanía, por el contrario, éste está más fuerte que nunca.

Hay varios datos que demuestran la fortaleza estatal en estos tiempos en los que las personas vivimos con la soga al cuello. Estos datos vienen a demostrar cuál es la verdadera naturaleza del Estado y a qué cuestiones jamás renunciará.

Primero tenemos el consabido gasto militar (no debemos olvidar que el ejército es la entidad fundamental del Estado sea cual sea el momento histórico). En este país poco importa la crisis cuando se trata de tener contentos a nuestros militares. Sistemáticamente, el gasto militar va incrementándose año tras año (a pesar de que intentan disimularlo con una mínima bajada del presupuesto de “defensa” que compensan con creces a través de partidas desperdigadas por diversos ministerios como el de Industria). El pasado año, en plena crisis económica y con los recortes sociales y reformas laborales ahogando al pueblo, el Estado gastó más de 18.000 millones de euros en este apartado, 3.000 millones de euros más que en 2004 cuando estábamos en pleno auge económico. Además el mal llamado Ministerio de Defensa acumula una deuda de más de 30.000 millones de euros a causa de sus continuas inversiones en programas militares. Por supuesto, esta deuda será saldada a costa del pueblo.

Segundo, el ejército de ocupación interior. En la actualidad, los diferentes cuerpos de policía suman un total de unos 300.000 efectivos que como hemos visto últimamente, están perfectamente armados y adiestrados para atacar a la ciudadanía. Jamás en la historia del Estado Español ha existido una fuerza policial tan numerosa como en la actualidad y, constantemente, se va engordando esa cifra. Este hecho contrasta mucho con tener uno de los índices de criminalidad más bajos de Europa, sin embargo, tiene mucho que ver con la necesidad de control social que tiene el ente estatal. Si sumamos el número de policías y militares nos encontramos con una cifra que supera el medio millón, es decir, un siervo del Estado perfectamente entrenado y con un arsenal de destrucción a su alcance, por cada 90 personas.
La cifra es suficientemente elocuente para ver bien a las claras dónde tiene el Estado sus prioridades.

Por si esto fuera poco, hay una última cuestión más que destacable. A pesar de la ola privatizadora de las últimas décadas, hay una empresa pública (de las más rentables) sobre la cual jamás ha recaído esta amenaza. La SIEP (Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios) es la empresa pública que gestiona todas las fases de la construcción de cárceles en este país. Baste decir que en el marco del Plan de Amortización y Creación de Centros Penitenciarios 2005-2012 se han creado o están a punto de hacerlo 46 centros penitenciarios (11 de los cuales son macrocárceles que pueden albergar a unos 2.000 presos cada una). Sólo la construcción de uno de estos macropenales cuesta alrededor de 110 millones (luego llega el gasto que conlleva su funcionamiento) que se conceden a la constructora de turno (¿crisis del ladrillo?).
El presupuesto anual de prisiones asciende a los 1.184 millones de euros. Cada plaza carcelaria cuesta alrededor de treinta y seis mil euros al año que se desglosan de la siguiente forma: 18.000 euros para la constructora, 12.000 euros para funcionarios y personal externo, 6.000 euros para gastos corrientes y servicios, 0 euros para el recluso.
Pero la SIEP lejos de limitarse a esto, es una multinacional que participa en el diseño, construcción, equipamiento y puesta en marcha de prisiones por todo el mundo (Angola, Brasil, Qatar, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Noruega,...).
A todo este dispendio/negocio hay que sumarle los entre 300 y 500 euros por día que reciben algunas “ONG’s” (que me expliquen lo de no gubernamental) por cada menor recluido en los centros que regentan.

Todo este es el gasto del que jamás prescindirá el Estado por mucho que nos diga lo imprescindible de los recortes. Esto pone de manifiesto la auténtica cara del ente estatal y su papel en el sistema social de la humanidad. Finalmente, se desvela que dentro del par Estado-Capital, el primero se encarga de velar por la seguridad del segundo y de mantener una guerra (en todos los frentes) contra la sociedad. Porque un capitalismo no asistido, no mantenido y periódicamente reconstituido por el ente estatal es impensable e imposible, por eso, el Estado debe mantener al pueblo bajo un férreo control.

En palabras de Galeano en su Patas arriba: El Estado debe ocuparse de la disciplina de la mano de obra barata, condenada a salarios enanos, y de la represión de las peligrosas legiones de brazos que no encuentran trabajo: un estado juez y gendarme y poco más. En muchos países del mundo, la justicia social ha sido reducida a justicia penal. El Estado vela por la seguridad pública: de los otros servicios, ya se encargará el mercado; y de la pobreza, gente pobre, regiones pobres, ya se ocupará Dios, si la policía no alcanza. Aunque la administración pública quiera disfrazarse de madre piadosa, no tiene más remedio que consagrar sus menguadas energías a las funciones de vigilancia y castigo.
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jueves, 1 de diciembre de 2011

NUEVA LEY: LA JUSTICIA ES PARA LOS RICOS

El pasado 1 de noviembre entró en vigor, sin apenas ruido, la Ley 37/2011 de Medidas de Agilización Procesal. El objetivo teórico de esta nueva ley es aliviar la sobrecarga que sufre de manera crónica la administración de justicia (y eso que jamás se ha juzgado ni se juzgará de verdad a los mayores delincuentes del Estado). Sin embargo, como cualquier avispado lector ya se está imaginando, la verdadera finalidad de la ley es favorecer al Estado y a los grandes capitalistas frente al resto de los mortales.


Ahora iremos viendo el porqué de esta afirmación.

Las reformas aprobadas afectan a los procesos civiles y a los de carácter contencioso-administrativo, es decir, pleitos contra Administraciones públicas.

Por lo que respecta a los procesos civiles:

- La más destacada de las modificaciones es la nueva regulación del desahucio del arrendatario por impago de renta o cantidades asimiladas a la misma (luz, agua, impuesto sobre bienes inmuebles,...) De ahora en adelante, cuando un propietario presente una demanda por impago, el secretario judicial dará 10 días al inquilino para que pague, se largue o presente alegaciones (con lo que supone para alguien que no puede pagar el alquiler tener que recurrir a abogados y procuradores). Al cabo de este plazo si no se ha hecho nada, el mismo secretario judicial señalará fecha de desahucio sin necesidad de ningún juicio.
Es necesario destacar, que hasta ahora no se protegía tanto a los propietarios de vivienda en alquiler ya que solían ser personas sin importancia, es curioso que se haga justo en el momento en que las entidades financieras se convierten en los principales acumuladores de viviendas. Como vemos, otra ley más al servicio del capital.

- No menos importante es la limitación del acceso al sistema de recursos para las personas con un nivel de renta insignificante para el sistema. Esta limitación afecta tanto a lo civil como a lo contencioso-administrativo. La reforma dice que para poder interponer recursos de casación ante el Tribunal Supremo la cuantía que está en juego en dicho proceso deberá ser superior a los 600 mil euros (antes el mínimo era de 150 mil) El Estado asegura que este tipo de recursos queden sólo a disposición de los ciudadanos que manejan “negocios” de estas cantidades, es decir, los ciudadanos de primera clase. Así los señores del Supremo ven reducido su trabajo al eliminar todos los asuntos de poca monta pertenecientes a los ciudadanos de segunda.

Procesos en lo contencioso-administrativo:

- De la misma forma, se limita la posibilidad de interponer recurso de apelación ordinaria (segunda instancia) para los asuntos de menos de 30 mil euros (antes eran 18 mil).

- Se instaura la regla general de imposición de costas al litigante que ve desestimada su causa, es decir, a partir de ahora (como ya sucedía en los procesos civiles) el que pierde paga. Lo que pasa que aquí una de las partes (la Administración pública) tiene innumerables recursos: abogados, procuradores, peritos, expertos... (que pagamos todos) y la otra normalmente no los tiene. Así si pierde la Administración sólo paga al abogado y procurador del contrincante (con el dinero de todos claro está) pero si pierde el ciudadano el dispendio probablemente le arruine de por vida. De esta forma, el Estado afianza su fortaleza ante los ciudadanos pobres y los somete todavía más esgrimiendo una vez más una de sus armas más poderosas: el miedo.

Además de esta ley, en los últimos tiempos se han aprobado otras dos medidas que inciden nuevamente en favorecer al capital frente a los trabajadores:

- Modificación de la Ley Concursal que pretende “ofrecer a las empresas una solución más ágil y económica a sus crisis, a través de acuerdos de refinanciación” en el proceso de cierre concursal. Esto es justo todo lo contrario que le ofrecen a todos aquellos que se ven obligados a abandonar su hogar.
- Ley de Jurisdicción Social que posibilita “un tratamiento uniforme del accidente de trabajo” pero que sobre todo se dirige a fomentar la conciliación extrajudicial, es decir, acuerdo directo trabajador-empresa (como si tuvieran el mismo poder negociador).


Finalmente, pero no menos importante, tenemos el asunto del turno de oficio. Sistemáticamente, todas las Comunidades Autónomas han dejado de pagar a los abogados del turno de oficio. Como sabemos, estos son los abogados a los que se recurre cuando no se tienen ingentes cantidades de dinero. A modo de ejemplo: en la Comunidad de Madrid se adeudan más de 20 millones de euros y en la Comunidad Valenciana más de 10 millones. Es precisamente esta última Comunidad la que ha dado en el clavo sobre el futuro que se quiere para el turno de oficio (ya que, de momento, no se plantea su erradicación total, aunque tiempo al tiempo): ha pedido que se permitan fórmulas alternativas a la gestión de la justicia gratuita. Esta alternativa no es más que subcontratar el servicio con despachos privados.

Con todas estas medidas, leyes e ideas podemos afirmar que la administración de justicia queda prohibida de manera definitiva para la clase trabajadora y se reserva sólo para servir a los intereses del Estado y del Capital. Históricamente esto ha sido siempre así, la diferencia es que a partir de ahora lo es por ley y no sólo por costumbre.

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martes, 15 de noviembre de 2011

EL NUEVO MODELO DEMOCRÁTICO: GRECIA E ITALIA

En los últimos días hemos asistido a una nueva evolución de este sistema democrático que nos han vendido como el único posible. En una nueva vuelta de tuerca, los grandes capitalistas han decidido dejarse de farsas y pasar de las elecciones (la gran fiesta de la democracia, o eso nos dicen a todas horas) para colocar a los jefes de Gobierno de Grecia e Italia.


Tanto Papandreu como Berlusconi (tiene huevos que con todos los motivos que ha dado este energúmeno, para largarlo de su puesto y del planeta ya puestos, haya tenido que ser esa cosa llamada mercado financiero la que le haya hecho dimitir) han salido por la puerta de atrás a la mínima que no han seguido al pie de la letra los deseos de las instituciones financieras. En su lugar se ha colocado a dos personajes que son vendidos como “expertos” que han venido para salvar la papeleta de sus respectivos países. Veamos quiénes son estos salvapatrias.

Lucas Papadimos es un doctor en economía graduado en el MIT. Fue economista jefe del Banco Central Griego desde 1985 hasta 1993. A partir de 1994 y hasta 2002 fue el gobernador de dicho banco, desde ahí dio el salto y se convirtió en la mano derecha de Trichet en el BCE hasta 2008. Es decir, un artífice de la gran mentira económica griega y actor principal de la dictadura del BCE, tiene que salvar a Grecia del fondo del pozo donde ha contribuido sobremanera a meterla.

Mario Monti fue comisario europeo durante muchos años (con varios gobiernos italianos) además de rector de la universidad de Bocconi, en la Comisión europea ha tenido la máxima responsabilidad en áreas como mercado interior y competencia. Este buen hombre ha sido (o lo es) asesor de compañías como Coca Cola y Goldman Sachs (curiosamente durante la época en que este banco ayudó a expoliar a Grecia). Para mayor gloria, ha sido un miembro importante de la Comisión Trilateral cuyo objetivo principal es imponer el capitalismo salvaje por todo el mundo.

Situados los sujetos, no hace falta mucha imaginación para saber cuáles van a ser las políticas aplicadas a partir de ya en estos dos países: más de lo mismo tirando a peor, es decir, adiós a cualquier atisbo de justicia económica y derechos de cualquier tipo para el pueblo.

De todo esto, hay una conclusión inevitable y es que la democracia ha muerto y, por tanto, debemos abandonar toda esperanza de cambiar el sistema desde dentro. El último bastión democrático que le quedaba a todos aquellos que todavía tenían fe en este sistema de representación ha sido eliminado de un plumazo. Finalmente, hemos visto que la soberanía no reside en el pueblo sino en el gran capital. La voluntad del pueblo ha sido violada y aniquilada de un plumazo con la complicidad de políticos y medios de comunicación que no han tenido ningún rubor en legitimar lo que claramente es un Golpe de Estado.
La confirmación de que vivimos bajo el yugo de una dictadura es tan evidente que el circo electoral que estamos viviendo en España en estos momentos toma tintes dramáticos cuando veo a tanta gente con verdadera voluntad de cambio que todavía ve posible que todo se arregle con un resultado electoral favorable a un determinado partido (sea el que sea). Sólo el pueblo es el legítimo dueño de la soberanía y visto lo visto sólo la podrá ejercer cuando todos nos decidamos a tomar las riendas de nuestras vidas sin ningún tipo de intermediario o representante.

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sábado, 5 de noviembre de 2011

REFERÉNDUM GRIEGO: ¡QUÉ BONITO FUE MIENTRAS DURÓ!

El anunciado referéndum griego vino a arrojar una débil luz sobre la oscuridad con la que el sistema capitalista nos ha envuelto a todos desde hace mucho tiempo.
Desde luego, este anuncio debía verse como una victoria del pueblo sobre la clase dirigente pero tampoco era como para volvernos locos de alegría. Simplemente fue un anuncio y, desde el principio, existían muchos factores de los que iba a depender que esta consulta (que en principio iba a realizarse el día 4 de diciembre) fuera el primer paso hacia una verdadera política del pueblo.

Contextualizando un poco la situación y a riesgo de simplificar demasiado, siendo como soy un lego en economía, Grecia lleva tiempo siendo sometida a la voluntad de los grandes bancos y capitalistas a través de los mandatos de sus brazos políticos (FMI, EU, BCE). Esto se ha traducido en una pérdida radical de derechos sociales, laborales y de cualquier índole. Ha condenado al paro a millones de griegos, ha forzado el éxodo de miles y otros tantos se han visto en la más absoluta de las miserias. Desde luego, la clase política griega lleva muchos años abonando el camino a base de engaños y estafas, siendo como han sido alumnos aventajados de la piratería política y del expolio de las riquezas de los ciudadanos.

Finalmente, el país se ha visto a las puertas de lo que la teoría capitalista denomina bancarrota, es decir, que ya no tienen de donde sacar ni un céntimo más. Es en este punto (y no antes) donde al Gobierno griego le entra la locura democrática y decide que sea el pueblo el que decida si hay que apretar el gatillo del arma que les está apuntando directamente al corazón.

Hasta este punto todo ha sido pesimismo, sin embargo, es justo reconocer que la convocatoria del referéndum no se hubiera producido si el pueblo griego se hubiera comportado como el dócil rebaño de ovejas que el sistema necesita. Esta consulta al pueblo sólo podría haber sido posible gracias a todas las luchas llevadas a cabo durante los últimos años por unos ciudadanos que jamás han perdido la fe en el poder del pueblo. Docenas de huelgas y luchas callejeras, protestas masivas, millares de golpes sufridos y tremendas represiones dignas de las más despiadadas dictaduras, no han conseguido acallar la voz de un pueblo que pide justicia y sobre todo que pide que les dejen decidir a ellos sobre su futuro.

Este acercamiento a lo que empezaría a parecerse a la auténtica democracia ha hecho enfurecer a la bestia y a todo su ejército que rápidamente anunciaron las calamitosas repercusiones que todo esto podía a tener: congelación de la próxima ayuda de 8.000 millones de euros, la bancarrota definitiva de Grecia, su probable salida del euro y un sinfín de lo que para el sistema son consecuencias negativas pero que para el pueblo supondría una bocanada de aire fresco ante una situación asfixiante. Hasta los políticos españoles salieron diciendo que el referéndum era una locura y que a quién se le ocurre preguntar al pueblo; en fin a los de aquí les conocemos de sobra. No obstante, lo que el sistema no ha dicho en ningún momento son las posibles repercusiones que tendría el hecho de que el pueblo griego decidiera por sí mismo su futuro y lo que supondría para la banca y los especuladores: un más que probable rechazo del plan de rescate aprobado por la Troika antes mencionada. Además del probable efecto contagioso que pudiera tener en la población de todos aquellos Estados sometidos al fraude de la deuda como es nuestro caso.

Después de todo lo dicho, el rugido de la bestia ha sido suficiente para destapar la estrategia del Gobierno griego que rápidamente se ha echado atrás y ha empezado a pactar una especie de gobierno de concentración nacional con la derecha (de esta forma, Papandreu consigue el verdadero objetivo de todo esto: no comerse el marrón él solito y mantener incólume la imagen del partida para próximas ediciones de la farsa electoral).

Por si alguien tenía dudas de quiénes son los que mandan lo volveremos a repetir: NO VIVIMOS EN UNA DEMOCRACIA, VIVIMOS BAJO UNA DICTADURA.

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martes, 18 de octubre de 2011

LA CRISIS SILENCIADA

Llevamos mucho tiempo hablando machaconamente sobre la crisis financiera que asola al mundo (sobre todo al mundo occidental no nos engañemos) y lo terriblemente mal que lo estamos pasando y lo peor que lo vamos a pasar.

Pero existe una crisis silenciada, mucho más terrible y con consecuencias infinitamente peores de la que apenas se habla sino es para hacer demostraciones de caridad: el hambre que día tras día mata a miles de seres humanos.

Organismos internacionales como la FAO se esfuerzan en hacernos creer que el hambre se debe a las malas cosechas, al incremento de la demanda de alimentos por parte de países emergentes y a la falta de recursos de muchos países. Por ello, constantemente, lanzan campañas de márketing reclamando la “solidaridad” de las gentes de buen vivir para que aporten (aportemos) nuestro granito de arena. Sin que sirva de precedente, he decidido hacer caso a esta organización dependiente de la ONU y voy a hacer mi aportación:

En primer lugar, quiero dejar las cosas claras. Existen seres humanos que mueren de hambre porque otros seres humanos así lo han decido y porque el resto lo permitimos y (queriendo o no) lo favorecemos.

La cuestión del hambre siempre ha sido política. La gente muere a causa de decisiones políticas. ¿Acaso alguien piensa que algún pueblo en la historia de la humanidad se asentó en un territorio que no garantizara su subsistencia? Por favor, no subestimemos a nadie. Las causas del hambre vienen de lejos pero quiero centrarme en la actualidad y ver como está el tema a día de hoy.

El primer factor a tener en cuenta son las políticas alimentarias llevadas a cabo por los llamados países del primer mundo. Estas políticas han convertido el derecho inalienable a alimentarse en un negocio. Los tratados de libre comercio y los acuerdos bilaterales que los países más ricos han impuesto por todo el planeta han destruido la soberanía alimentaria de todos ellos. Por ejemplo, desde la firma del NAFTA, México ha pasado de exportar maíz a tener que importar una gran parte del maíz que consume llegando a producirse, en 2007, la tristemente famosa crisis de las tortas mexicanas debido al encarecimiento del precio de dicho alimento.
Los países ricos subvencionan su agricultura hasta la saciedad mientras impiden que los demás hagan lo mismo (en nombre de la liberalización de los mercados). Una vez hecho esto, les es muy fácil desembarcar en los mercados nacionales de estos países y reventar los precios haciendo que sus productos sean los consumidos y produciendo un efecto devastador: condenar a los millones de campesinos locales a tener que abandonar su modo de subsistencia y por tanto, a la muerte.
Por otro lado, estas políticas también han permitido que unas pocas transnacionales controlen el mercado de las semillas (en este tema no entraremos mucho pero para quien tenga interés, hay multitud de información sobre compañías como Monsanto) y, por tanto, controlen la producción de alimentos en el mundo.
A todo esto, hay que añadir las políticas coloniales e imperialistas que se han impuesto a la mayoría de países para que se especialicen en un sólo cultivo, de tal manera que la diversidad que garantizaba su soberanía alimentaria se ha ido al garete.

Otro apunte. En 1999 Goldman Sachs (¡cómo no!) llegó a un acuerdo con Bill Clinton (entonces presidente de los USA) para desregular el mercado alimentario. A partir de ese momento, el negocio sobre los alimentos no ha hecho más que crecer y la especulación sobre los precios a través de los “futuros” ha provocado más hambruna y muerte que cualquier catástrofe natural a lo largo de la historia. Especialmente, desde la caída del sector inmobiliario, la especulación sobre los precios de los alimentos (con sede, sobre todo, en la bolsa de Chicago) se ha incrementado enormemente. Sólo en el periodo comprendido entre 2003 y 2008 había aumentado la especulación en un 1900%, pasando de un valor de 13 billones de dólares a 260 billones de dólares.

Otro factor muy importante es la acumulación de tierras. Tanto países como fondos de inversión se han dedicado a comprar terrenos fértiles alrededor del mundo bajo el pretexto de garantizar su propia soberanía alimentaria (mostrando un desprecio absoluto por la de los países donde compraban los terrenos, mayoritariamente situados en África, Asia y América Latina). Sin embargo, estas tierras en una gran parte se dedican a monocultivos destinados a la producción de biocombustibles y que, por tanto, no son para consumo humano y es que la lógica de este sistema nos dice que es mejor alimentar a las máquinas que a los seres humanos. Un ejemplo de esta locura lo proporciona un estudio de la Africa Biodiversity Network que dice que un tercio de la selva de Mabira, reserva natural en Uganda (país que sufre la crisis alimentaria como pocos) se convertirá en una plantación de caña de azúcar para la producción de Etanol. Esta producción de biocombustibles tiene otra consecuencia: la subida desaforada de los precios de los alimentos, lo que condena a más personas a la muerte por no poder pagar por la comida que no le dejan producir.

Obviamente, esta crisis silenciada forma parte del gran problema de la humanidad que se llama capitalismo cuyo gran axioma es el beneficio por encima de todo y de todas las personas del mundo.


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jueves, 29 de septiembre de 2011

PONIENDO EN ORDEN MIS IDEAS II: ELECCIONES

Siguiendo en la línea del anterior post, he decidido continuar aclarando posiciones.
Últimamente, hablando con unos y con otras, ha surgido la cuestión de cómo posicionarse ante la próxima cita electoral. El planteamiento de salida viene a ser el siguiente: qué hacer para intentar mejorar la situación.
En mi opinión, esta premisa inicial es errónea porque considero que se pueden hacer muchas cosas pero, desde luego, ninguna de ellas depende ni va a depender de lo que pase el día de las elecciones. Me sorprende que, de repente, vuelva a aparecer ese miedo a que ganen unos u otros. No soy un veterano en la lucha por una manera de vivir basada en otros valores, pero si hay una frase que he oído hasta la saciedad en este periodo de tiempo ha sido: “lo llaman democracia y no lo es”. Entonces la pregunta aparece por sí sola: si no es una democracia ¿por qué estamos discutiendo sobre qué hacer frente a las elecciones? Y si, además, añadimos la coletilla que siempre acompaña al primer slogan “es una dictadura y lo sabéis”, creo que no hay más que decir. ¿Qué valor tienen unas elecciones bajo el puño de una dictadura? Todos nos hemos puesto de acuerdo en que el poder, en la actualidad, reside en el sistema financiero y los grandes inversionistas que actúan a través de sus lacayos políticos con el único objetivo de someter a la población mundial para su propio beneficio. Entonces, qué sentido tiene participar. El único que yo le veo es la aceptación de toda esta maquinaria opresora esperando, tal vez, incorporarnos a ese grupito de peones que viven de las migajas del sistema.

Obviamente, no defiendo la no participación sin más, defiendo la participación política verdadera, la que, día a día, se hace desde abajo, desde la calle en la lucha diaria. Defiendo el papel del pueblo como auténtico poseedor del poder, creo que somos todos y todas los que debemos organizarnos para decidir por nosotros mismos cómo debe ser el modelo político, social y, por ende, económico en el que queremos vivir. Eso no es posible bajo una dictadura partitocrática en la que priman los intereses personales y de partido por encima del bien de las personas. Se habla de democracia representativa porque, supuestamente, los políticos representan la voluntad del pueblo. Sin embargo, esa voluntad jamás es escuchada y mucho menos existe un espacio para que se exprese. Por otro lado, esa voluntad ha sido anulada a base de constantes bombardeos (mediáticos en unos países y literales en otros) y de consumismo (desaforado en los primeros y reducido hasta la inanición en los segundos). Se nos dice que nuestra manera de expresar esa voluntad es a través de las urnas en una especie de fiesta de las libertades (cuántas veces he oído decir “la suerte que tienes de que ahora se puede votar”), sin embargo, la libertad de ese día consiste en meter un sobre dentro de una caja, ahí termina todo.
No necesitamos representantes, necesitamos tomar las riendas de nuestras vidas. No es posible creer que unas estructuras totalmente jerarquizadas y dependientes de las dádivas de los bancos y el Estado vayan a defender los intereses de las personas, máxime cuando, la mayor parte de las veces, estos intereses chocan frontalmente con los perseguidos por estos benefactores de los partidos. Jamás en la historia de este sistema político-económico se ha legislado a favor de las personas frente al capital, jamás. Ninguna decisión política relevante ha sido tomada contra estos grandes capitales. Es más, todavía recuerdo cuando el actual presidente del gobierno sentado junto a un sonriente César Alierta anunciaba el fin del impuesto del patrimonio allá en 2008 (para los que se sientan tentados de replicar usando el anuncio del retorno de este impuesto, sólo una respuesta: por favor evitémonos estas tonterías).

Definitivamente, me he conseguido organizar en lo referente a esta cuestión. Para mí sólo existe una democracia, la que se basa en la participación directa y única de todas las personas, sin partidos.

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martes, 13 de septiembre de 2011

PONIENDO EN ORDEN MIS IDEAS

Esclavizados de mil formas diferentes según el lugar del globo en el que nos ha tocado vivir.

Si tienes suerte y vives en el Norte tu esclavitud puede sobrellevarse a base de enajenación mental y un consumo desaforado de objetos inútiles y de corta vida que jamás te darán la libertad, pero crearán una ilusión de bienestar a tu alrededor suficiente para creer y amar el orden establecido.

Si vives en el Sur, todo se simplifica, tus opciones se reducen a tratar de sobrevivir vendiendo tu alma y tu energía vital a cambio de un salario de miseria en el mejor de los casos o, simplemente, luchando por arrancar a la madre Tierra algún fruto que haya escapado de la codicia de los esclavizadores.
En ambos casos, no fuimos los sometidos los que elegimos vivir así aunque, para la mayoría, fue algo que ya existía antes que nosotros y que nuestros mayores ya consideraban el orden natural establecido.
Sin embargo, nuestros actos afianzan día a día este orden establecido porque, bajo este sistema de miseria y muerte llamado capitalismo, es necesario que unos traspasen cada jornada la delgada línea que separa la pobreza de la muerte para que otros mantengamos nuestra ilusión intacta y nos sintamos afortunados.
Es necesario para el funcionamiento de la maquinaria capitalista que, diariamente, la explotación del ser humano y de los recursos naturales alcancen nuevas cotas, porque sin el eterno crecimiento los cimientos se corroen. Así pues, no hay cabida para lamentos e imprecaciones, la rueda debe seguir girando a la velocidad necesaria triturando a su paso cualquier atisbo de humanidad y solidaridad.
Los ideólogos del control de masas saben muy bien lo imprescindible de hacernos sentir afortunados, por no formar parte de la mitad del planeta que no sabe si va a sobrevivir un día más. Conocen la manera de canalizar nuestra preocupación por los menos afortunados (haciéndonos creer que somos seres superiores por ser capaces de ayudar a los demás, a pesar de que nuestra situación no acaba de ser la ideal) y la manejan de tal manera que hacen que nos olvidemos de que somos nosotros los que colaboramos necesariamente para que toda esa gente jamás abandone su permanente estado de pobreza y miseria. De esta manera nos integran aún más en sistema nocivo para el ser humano y el planeta.

Llegados a este punto, es necesario comprender que la lucha anticapitalista es, ante todo, la lucha por la libertad y la dignidad humana, por la conservación de nuestro planeta y sus recursos, por la necesaria hermandad de todos los seres humanos. Ante esta perspectiva debemos olvidarnos de cuestiones que son simples tonterías al lado de esto. No necesitamos establecer la supremacía de ningún sistema alternativo al capitalismo para derrotar a éste. Lo que necesitamos es crearlo e ir dándole forma, día a día, con el trabajo de todos, olvidarnos de etiquetas que alguna vez se inventaron pero que jamás se correspondieron con nada real y tangible.
El objetivo está claro, no podemos permitirnos a nosotros mismos seguir así. Este mundo es demencial. Se basa en la muerte de millones para que unos pocos vivan una vida irreal y vacía que ha sido encumbrada como el ideal del ser humano.

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martes, 30 de agosto de 2011

APUNTALANDO LA DICTADURA

De sobra conocida la reforma de la Constitución (hasta hace bien poco intocable al parecer de los que ahora mismo le meten mano sin rubor) que van a perpetrar los máximos dirigentes de la dictadura capitalista que sufre España, no hay ya ningún motivo por el cual no debamos todos y todas salir a la calle y luchar por la democracia (voy a obviar lo de “verdadera democracia” porque democracia sólo hay una: la del pueblo). Personalmente, sigo apostando por la desobediencia civil y la noviolencia, lo que no significa que no me defienda si me parten la cara; pero que cada cual luche como crea oportuno. Mi apuesta es no violenta tanto por convicción personal como porque no puedo olvidar que el Estado y sus aliados mantienen, a día de hoy, el monopolio de la violencia sobre todos los ámbitos. Ellos tienen los medios, nosotros, la razón.
La razón de saber que la verdad y la justicia está de nuestro lado, la razón de padecer día tras día esta falsa democracia que dura ya demasiados años y contra la cual es nuestro deber moral rebelarnos.

La reforma constitucional es la gota que colma el vaso (sé que a muchos de los que vais a leer esto el vaso se os colmó hace mucho tiempo). Es poner de manifiesto que las personas no pintamos nada en las decisiones que afectan a nuestra vida y a cómo queremos vivirla. Está reforma deja muy claro quién manda aquí y ahora más que nunca es necesario denunciar este binomio fascista que constituyen Estado y Capitalismo. Han pasado por encima del pueblo sin ningún problema y han destrozado la que, se supone, es la Carta Magna de todos los que vivimos en este territorio llamado España, al que sólo le queda llorar ante la caída hacia el vacío que la sociedad que habita en él, ha emprendido.

Sólo por si alguien anda perdido diré que esta reforma tiene muchos significados, los más destacados en mi opinión:

- Significa el final de la ilusión democrática en la que muchos todavía vivían. La soberanía y el poder no reside en el pueblo sino en el Estado y el Capital.
- Significa la consagración del capitalismo más salvaje y depredador a la altura de dogma de fe obligatorio.
- Significa que nuestras vidas son del sistema financiero y queda sellado en las reglas del juego.
- Significa que sólo aquellos que posean dinero a granel tendrán asegurada una vida digna.
- Finalmente, significa que la historia continua y nada cambia. Siempre el pueblo ha sufrido y así seguirá.

Vivimos en una época muy triste para las personas, creímos haber tocado el cielo y ahora vemos que todo era una ilusión. Creímos que el mundo iba a mejor, que luchábamos contra el hambre y la miseria en el mundo; y resulta que, cada vez más, la vemos a nuestro alrededor. Como ya digo, esto no es sólo por la reforma de la Constitución que, al fin y al cabo, siempre ha sido papel mojado cuando les ha interesado. Esto es por la miseria moral de la que todos participamos y que no somos capaces de dejar atrás.

Sólo espero que esta reforma sirva para que la gente despierte y no se deje engañar nunca más por esa calaña política que dicen servirnos y lo único que hacen es apretar más y más la soga que el Capital ha puesto alrededor de nuestro cuello.

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lunes, 22 de agosto de 2011

BRUTALIDAD Y REPRESIÓN: el Estado vuelve a mostrar su verdadera cara.

Las protestas de estos días contra el gasto de la visita papal han supuesto una oportunidad para que los cuerpos represores del Estado (expresión que define con exactitud lo que significan la policía y el ejército) demuestren su verdadero cometido que no es otro que coartar y reprimir cualquier atisbo de disconformidad, por parte de la población, con la línea oficial marcada por las elites gobernantes.

La brutalidad policial, propia de Estados dictatoriales (que al final va a resultar que son todos), vivida estos días nos ha dejado imágenes de ataques salvajes contra personas cuya única arma era la palabra, que de haberse producido en sentido contrario hubieran catapultado una avalancha de protestas por parte de políticos, medios de comunicación y organizaciones de todo tipo. Estas agresiones entroncan con una larga tradición represiva de estos cuerpos paramilitares españoles. Desde las recientes actuaciones policiales contra el pueblo indignado, pasando por la militarización de territorios como Euskalherria, la represión de los movimientos antimilitaristas, del movimiento okupa, la creación del GAL, etc... (por no remontarnos más ya que no existe época en nuestras tierras en que la brutal represión estatal no tuviera lugar).
No en vano, el Estado Español está siendo acusado repetidamente desde hace años por diversos organismos (tanto nacionales como internacionales) de violación de los derechos humanos, destacando sobremanera las prácticas torturadoras de los diferentes cuerpos policiales. De hecho, se producen una media de dos denuncias diarias por este hecho (teniendo en cuenta que las denuncias por torturas de la policía se realizan en comisarías y cuartelillos con lo que ello supone, podemos deducir que las denuncias representan una ínfima parte de las agresiones o torturas que realmente suceden).


Volviendo al presente, es importante resaltar el paso adelante de la represión estatal que ya no tiene ningún reparo en mostrarse abiertamente ante las cámaras. Esta demostración pública obedece a la necesidad que tiene el aparato estatal, más poderoso que nunca, en dejar claro que no va a tolerar ninguna desviación de la ideología imperante. Un claro ejemplo de esto sucedió durante la pasada huelga de controladores aéreos donde el Estado mostró todo su esplendor con la toma de los aeropuertos por parte del ejército.
Esta nueva demostración de brutalidad policial debe servir para que todos aquellos que todavía abogan por el fortalecimiento del Estado para hacer frente al sistema capitalista (sistema del que indudablemente los Estados son piezas fundamentales) reflexionen sobre el alcance que tienen sus proclamas. No se puede olvidar que cuando se exige que el Estado controle los desmanes económicos capitalistas, se está pidiendo que el Estado se empodere y su manera de hacerlo incluye por encima de todo aumentar su capacidad represiva. No hay que olvidar que el gasto militar y policial no se ha visto afectado en ningún momento en las sucesivas crisis económicas que el resto de mortales sí hemos padecido.

El Estado no es el pueblo y su misión no es velar por él, sino por sus propios intereses y así nos lo demuestra día tras día.
No debemos esperar que ninguna entidad actúe por nosotros, las personas somos las que debemos organizarnos para superar las adversidades.
Cuando el Estado actúa al pueblo le llueven hostias:
- El Estado actúa, la policía reprime al pueblo.
- El Estado actúa, el dinero se va a la banca y el pueblo sufre.
- El Estado actúa, los derechos sociales y laborales del pueblo se diluyen.
- El Estado actúa, la educación se convierte en adoctrinamiento y el pueblo en rebaño.
- El Estado actúa, la sanidad se convierte en sistema de drogadicción de masas y el pueblo se idiotiza.

En infinitas ocasiones vemos la represión, esta vez la policial (la más inmediata y violenta de todas, pero no la única). No tardaremos en sufrirla nuevamente puesto que la veda se ha alzado y hay vía libre para la brutal represión de los seres humanos.


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jueves, 4 de agosto de 2011

LA TRIBU FRENTE AL INDIVIDUO

De nuevo en ruta, un paso más en el largo camino hacia la dignidad. De la decisión de cada persona surge el colectivo, emerge la necesidad de volver a nuestros orígenes, la tribu. Esta vez, sin cometer el error de formar miles, sólo una, la tribu humana.

En un sistema cuya mejor arma de desactivación es el individualismo llevado al extremo, la respuesta natural debe ser lo colectivo. El uso de nuestras capacidades para recuperar lo que por derecho es nuestro, el espacio público donde hablar, debatir y decidir por nosotros mismos es un primer paso, un buen primer paso, pero sólo eso.
El gran paso consiste en llevar adelante esas decisiones. Por ello, romper el egoísmo inducido en el que vivimos es imprescindible. Sin el compromiso y el sacrificio, sin la capacidad de creer y pensar en el otro, sin el esfuerzo que supone la formación personal para poder actuar con conciencia, es imposible siquiera hacerle un rasguño al sistema, y estoy convencido de que para llevar adelante nuestras decisiones habrá que hacerle mucho más que un simple rasguño.
Indudablemente, esto es ampliamente conocido por los valedores del funcionamiento actual del mundo. De hecho, lo saben tan bien que sus mayores esfuerzos van dedicados a fabricar individuos y no personas.
La enajenación a la que se somete a cualquier ser humano (especialmente si desarrolla su existencia en los mal llamados países democráticos) desde la infancia es constante. Sistemas educativos diseñados para crear autómatas sin capacidad de raciocinio; perfectamente dispuestos a acatar todo aquello que le está reservado en la vida; modelos sociales vacíos de contenido moral a los que admirar con la secreta esperanza de convertirse en uno de ellos; referentes culturales prefabricados con el único propósito de hacer olvidar la verdadera cultura: la cultura popular; un inmenso sector dedicado exclusivamente a entretener al personal cumpliendo de manera tan eficaz su objetivo que ha acabado por convertirse en el analgésico más potente jamás utilizado por el ser humano.
El fomento de la diferencia es otra de las grandes armas del sistema. A lo largo de la historia, las religiones, las características personales, los determinantes culturales, la lengua, el territorio,... Todo ha sido utilizado siempre por los poderosos para mantenernos ocupados en guerras estériles que no nos dejan siquiera atisbar las verdaderas causas de la situación de opresión bajo la cual llevamos muchísimos años.
El retorno a lo tribal, a las raíces de nuestro mundo nos conduce inevitablemente a lo colectivo y es desde ahí, desde donde debemos iniciar la necesaria revolución.

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domingo, 31 de julio de 2011

DE NUEVO EN LAS CALLES

De nuevo en las calles, está vez en Madrid. Era el momento de reafirmar el compromiso iniciado hace un par de meses con el 15M y, hace mucho más, con un ideario anticapitalista.



La experiencia del domingo fue fantástica, miles de personas (no sé cuantas pero para alguien que vive en una ciudad pequeña como yo eran muchísimas) protestando por las calles y reivindicando aquello que consideran justo.









Personalmente, estoy contento de ver la forma y, sobre todo, el contenido que va cogiendo esta historia. Ya no se oían consignas de corte reformista, ni machaconas explicaciones acerca de la imperiosa necesidad de reformar la ley electoral, ni se identificaban los privilegios de los políticos como el mayor de los problemas. Muy al contrario, se hablaba mucho de democracia directa (¡ojo! Ni siquiera participativa, sino directa: el poder para las asambleas), se hablaba mucho de instituciones financieras, de violencia estructural por parte de los Estados,...












Me dio la sensación de que en este par de meses, todos nos hemos ido formando e informando (paso previo fundamental para establecer un pensamiento crítico que nos permita iniciar el camino sin retorno hacia una nueva manera de vivir) y hemos ido afinando en nuestro ideal social y en cómo deberían funcionar las relaciones entre los seres humanos.

La verdad es que la manifestación ha supuesto un subidón de energía pura y dura para seguir en la brecha. Todas las personas con las que hablé me relataban lo mismo: esto continúa y somos conscientes de que va para largo y no pensamos desfallecer.

Mención aparte merecen los relatos de los compañeros que participaron en las diferentes marchas. Eran, con diferencia, los más entusiasmados con toda la historia y, lejos de mostrar signos de desgaste se encontraban dispuestos a seguir en la lucha más que nunca.

Se puede estar de acuerdo o no con los métodos de lucha y con la divergencia ideológica, pero es indudable que gente que se entrega con el corazón y el alma merecen el apoyo de todos.






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sábado, 23 de julio de 2011

POR EL PENSAMIENTO CRÍTICO

Últimamente, se habla mucho de reformismo, de redefinición y de muchos otros conceptos que vienen a reflejar cuestiones similares todas ellas referidas a la actual situación económica, social y política que se extiende por la mayor parte del globo.


Es posible que haya gente que todavía crea en una especie de capitalismo amable en el que las cosas se puedan hacer de otra manera y en el que no sea necesario que la gente muera de hambre o que el planeta muera por no poder regenerarse. Tal vez, las personas de buena fe puedan creer que lo ocurrido hasta ahora ha sido un error y que todo es debido a la falta de control y la avaricia desmesurada de unos pocos. Incluso puede haber gente dispuesta a creer que la corrupción política y su dependencia de las entidades financieras y del aparato estatal es sólo una anomalía del sistema. Rozando en lo improbable, me atrevo a afirmar que hay gente convencida de que no hace ni una década el mundo funcionaba perfectamente y que todo se ha venido abajo porque no se ha sabido poner freno a la incontrolable sed de poder de unos pocos.

A todas esas personas quiero decirles que lo siento en el alma, pero que lo que hoy sucede no es más que la lógica consecuencia de los hechos pasados y, por desgracia si no lo impedimos, el inevitable anuncio de lo que está por venir.
También quiero decirles que comprendo esa manera de pensar, yo también pensaba así (lo reconozco). Fruto de la educación amablemente suministrada por el Estado, de la continua información facilitada de manera tan “democrática” por tantísimos medios de comunicación y de un ambiente social proclive a aceptar las circunstancias con resignación. Todos nos hemos visto atrapados en algún momento de nuestras vidas en ese pensamiento mágico que nos hacía creer que vivíamos en el mejor de los mundos posibles.

No quiero aparecer como un iluminado ni nada por el estilo. Sólo quiero decir una cosa: la verdadera libertad empieza por la construcción del pensamiento crítico. Debemos ser conscientes de que nadie posee la verdad absoluta, así que debemos poner en cuestión cualquier información que nos llegue (empezando por este texto, por supuesto). Hay que intentar formarse de manera continua sin despreciar las alternativas que se nos planteen hasta poder analizarlas desde varios puntos de vista. Libros, documentales, conversaciones, webs, prensa,... Todo es válido si no nos quedamos con una sola versión. Debemos romper con la costumbre de dejar que otros piensen y analicen por nosotros, esto no es más que una imposición por parte de los ocupantes del poder.

Existen muchos frentes en los que trabajar para poder iniciar este camino hacia el pensamiento crítico y cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena. Es necesario que todas aquellas personas relacionadas con el mundo de la enseñanza y de la comunicación pierdan el miedo al poder para poder ser libres en el ejercicio de su profesión que, seguramente, han elegido de manera vocacional. Sé que es difícil para cualquier persona romper con los esquemas preconcebidos y poner en juego su lugar de trabajo y su sustento, pero es imprescindible el cambio desde dentro de estos instituciones, que junto al entorno más cercano de cada uno de nosotros son los canales más importantes a través de los que se moldean las mentes, para poder iniciar el camino hacia la libertad de pensamiento.

El entorno. El entorno somos todos y es aquí donde no hay excusa posible. El trabajo de cada uno es absolutamente imprescindible para comprender el mundo que nos rodea y nos exprime como simple mercancía. Se hace imprescindible recuperar la sana costumbre del diálogo con nuestros semejantes para intercambiar opiniones y cuestionarnos planteamientos que considerábamos como indestructibles. Resulta necesario estar permanentemente formándonos para poder avanzar como seres humanos. Sólo de esta manera, podremos iniciar la construcción de unos pilares sólidos para la creación de una nueva manera de vivir donde el ser humano y el planeta que lo sostiene estén por encima de cualquier otra consideración. Una sociedad donde la norma sea el justo reparto de todo lo que contenga y donde no haya cabida para estructuras de poder ya que éste recaerá sobre todos nosotros.

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martes, 5 de julio de 2011

NO HAY CRISIS EN EL GASTO MILITAR DEL ESTADO ESPAÑOL

Asistimos un día tras otro al recorte de derechos en todos los ámbitos que tantos años y tantas vidas costaron conseguir. Sin embargo, parece que la supuesta necesidad de ahorrar no incluye aquellos aspectos que consideran imprescindibles para mantener la estructura del Estado, sobre todo, aquello que tiene que ver con la represión.

Lo primero, unas pequeñas cifras. En el año 2010 el Estado presupuestó, a través de diferentes partidas, 18.161 millones de euros que finalmente y una vez liquidado dicho presupuesto se convirtieron en cerca de 19.300 millones de euros (porque para el negocio de la muerte siempre hay dinero extra).
Este cálculo del gasto militar se hace con criterios absolutamente oficiales propuestos por la misma OTAN y por el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute) dichos criterios son los siguientes:
- Gasto de las fuerzas armadas.
- Gasto del personal civil o militar con cargo al Ministerio de Defensa.
- Gasto de funcionamiento de los programas militares.
- Gasto de las organizaciones paramilitares (en España tenemos a la Guardia Civil).
- Gasto en I+D e inversiones en armas, infraestructuras e instalaciones militares.
- Pensiones y seguridad social del personal civil o militar del Ministerio de Defensa.
- Ayuda militar y participación en organismos o misiones militares al exterior.

Bien, de los 18.161 millones 9.154 son directamente destinados al Ministerio de Defensa, el resto se reparten entre los criterios citados anteriormente. De estos 9.154 millones, el Ministerio dedica casi 1.500 millones a la compra directa de armamento, es decir, se dedica más dinero anualmente a comprar instrumentos de muerte que lo que se ha ahorrado, por ejemplo, con la congelación de las pensiones aprobadas por el Gobierno (que representaron 1.400millones). Esto pone de manifiesto las prioridades de los políticos que dicen representarnos pero que, a la vista de los datos, representan mucho más al conglomerado industrial dedicado a la muerte que a los millones de pensionistas de este país. Este es el respeto que les merecen nuestros mayores y demás pensionistas a los políticos. A estos 1.500 millones hay que sumar casi 1.000 millones más en inversión militar (logística) con lo que tenemos que el año pasado se invirtieron cerca de 2.500 millones de euros lo cual supone un 10% de las inversiones del Estado, es decir, 1 de cada 10 euros que invierte el Estado es para matar a seres humanos, porque lo llaman material de defensa pero sólo sirve para el ataque indiscriminado hacia el oprimido como, por ejemplo, los asesinatos que cometen los soldados españoles en Afganistán, Libia, Líbano, ...

Por otro lado, tenemos el capítulo de inversión en I+D con fines militares. Se divide en 232 millones gestionados por el Ministerio de Defensa y en 950 millones gestionados por el Ministerio de Industria. Estos 950 millones salen en forma de crédito, esta fórmula lleva funcionando desde 1997 con el único fin de hacer creer a la ciudadanía que no dedicamos apenas nada (como si 232 millones de euros no fueran nada) a la investigación militar y ya acumula un crédito por valor de 14.205 millones de euros, de los cuales no se ha devuelto nada ni hay ninguna intención de hacerlo.
La inversión en I+D militar supone un 13% de la inversión en I+D total del Estado.
Vamos a ponerle cara a estas cuestiones con algunos datos que tan fácil hacen comprender la magnitud del asunto.

Algunos indicadores del gasto militar 2010:
- Gasto militar por día: Casi 53 millones de euros (19.300 millones entre 365 días)
- Gasto por habitante/año: 410 euros (19.300 millones entre 47 millones de habitantes según censo)
- Gasto militar respecto al PIB: 1.8%
- Gasto militar respecto al presupuesto total: 4.70%

Como ya hemos dicho, el gasto militar total del año pasado rondó los 19.300 millones de euros que si bien supone una rebaja con respecto al año anterior (19.700 millones), es infinitamente superior al gasto del 2003 (15.800 millones) y del 2004 (16.900 millones) donde España estaba en plena efervescencia económica y participaba de la guerra imperialista en Irak. La cifra récord de gasto militar en España se produjo en 2008 con 20.600 millones de euros. Es decir, mientras que la población empezaba sentir en sus carnes el coste social y personal de la famosa crisis económica.

Todas estas cifras no vienen sino a reforzar la idea de que como siempre la crisis sólo la sufre el pueblo. Nos imponen recortes en todos nuestros derechos sociales, económicos, laborales porque según el Estado son imprescindibles, sin embargo, no hay recortes en gastos absolutamente innecesarios como el militar (entre otros ejemplos, como los privilegios políticos, rescates bancarios, financiación de partidos y otros tipos de entidades).
El Estado cree imprescindible mantener y aumentar el dinero destinado a la industria de la muerte por dos razones básicas:
- Necesita imperiosamente mantener un gran poder represivo frente a las posibles exigencias del pueblo (llegando a la desfachatez de sacar el ejército a la calle para tomar los aeropuertos durante la huelga de controladores). En numerosas ocasiones hemos leído sobre la violencia estructural y directa que este sistema ejerce sobre las personas y el entramado militar forma parte importante de esta violencia por eso, el Estado, no tiene ningún problema en despilfarrar miles de millones de euros en la industria de la muerte mientras en este país hay casi 10 millones de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
- Por otro lado, el negocio de la muerte reporta unos beneficios astronómicos a dicho sector industrial. España se ha convertido en el sexto exportador mundial de armas y de paso ha vulnerado todas las leyes habidas y por haber vendiendo armas indiscriminadamente a países inmersos en guerras y conflictos. Teniendo en cuenta que las empresas del sector son grandes corporaciones de las que utilizan todos los mecanismos a su alcance para evadir impuestos y que basan su producción en subvenciones estatales que no son devueltas ni reclamadas, el negocio es más que redondo.

Por todo esto, es importante tener siempre presente que no hay ninguna justificación para realizar ningún gasto militar. Dicho gasto sólo sirve para engendrar muerte y destrucción, no hay ni una buena razón que justifique la necesidad de ejércitos ni la construcción de armas.

El total reconocido de dinero tirado en el gasto militar durante la última década asciende a una cifra cercana a los 190.000 millones de euros. Sólo con esto y los 149.000 millones utilizados para el rescate directo de bancos y procesos de fusión de cajas tendríamos la mareante cifra de 339.000 millones de euros. Sabiendo esto, no creo que sea posible mantenerse impasible ante el expolio que significa esta crisis que nos están vendiendo.
A esta mareante cifra añadamos los 80.000 millones de euros defraudados en 2010 (según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y reconocido por el propio cuerpo de inspectores de hacienda). Ahora, hagamos un ejercicio de imaginación e ingeniería matemática que tanto gustan a ese ente llamado “mercado” y supongamos que en los últimos diez años la media de dinero defraudado sea tan sólo de 50.000 millones (multiplicado por diez tenemos 500.000 millones) esto sumado a los 339.000 millones anteriores nos da unos 839.000 millones de euros.
Esta cifra es suficiente para saldar la deuda del Estado Español y terminar de raíz con su supuesta crisis (recordemos que el objetivo marcado por la UE para España es la reducción de 65.000 millones de aquí al 2013).


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jueves, 30 de junio de 2011

ESTRATEGIA UE 2020: UNA NUEVA VUELTA DE TUERCA NEOLIBERAL

La Comisión Europea y el Consejo han hecho propuestas para conceder a la Unión Europea nuevos poderes sobre elementos esenciales del bienestar social, incluidas las prestaciones sociales y los salarios. Esto se quiere hacer bajo un nuevo procedimiento tecnocrático (difícil de seguir e imposible de influenciar por aquellos a los que va a afectar, es decir, nosotros) Las propuestas plasman una agenda corporativa social y económica que constituirá una revolución silenciosa impuesta desde arriba, sin ningún debate democrático real o participación popular. Esto representa que las grandes corporaciones pasarán a ser de “manera legal” los dueños de Europa (simplemente se pone por escrito porque hace tiempo que lo eran).
Los Estados miembros han aceptado conceder poderes muy importantes a las instituciones europeas, poderes relativos a la supervisión y a un control mucho más estricto de las finanzas públicos. Por ejemplo, las políticas presupuestarias dejarán de ser políticas nacionales.
Esta Estrategia y las nuevas normas de gobernanza económica proporcionan el marco perfecto para la aplicación por vía rápida de las reformas tanto a nivel nacional como internacional.

En marzo de 2010 se presentó la Estrategia UE 2020, que consta de tres componentes principales:

1- El Semestre Europeo.
Este es un procedimiento por el cual las propuestas de presupuestos de los Estados miembros se discutirán cada año en abril en la Comisión y en el Consejo, antes de los debates en los parlamentos nacionales. Este elemento ya ha sido adoptado y ha empezado a aplicarse en este 2011. todas las demás propuestas están relacionadas con este procedimiento. De esta manera, los Estados dejarán que sea ese ente llamado UE quien decida en qué debe gastarse el dinero de todas las personas residentes.

2- Cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Este pacto fija el límite de deuda pública en el 60% del PIB y un déficit del 3%, las nuevas propuestas establecen el ritmo obligado para reducir la deuda de los Estados miembros. Establecer este ritmo limita la capacidad de los Gobiernos para hacer grandes inversiones y promover el crecimiento.
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) denuncia el plan en los siguientes términos: “la gobernanza económica, como la propone actualmente la Comisión no supone más que recortes: recorte de salarios, recorte de puestos de trabajo, recorte de protección contra el despido fácil, recorte de prestaciones sociales, recorte de servicios públicos. Los trabajadores tienen que hacer frente a los enormes costes de la crisis”. En España como en muchos otros países ya hemos empezado a sentir en nuestras propias carnes qué significa este punto.

3- Prevenir los desequilibrios macroeconómicos
La idea es tener un sistema de alerta rápida y amplios poderes de intervención en la política económica de los Estados miembros, incluso mediante exigencias para que el presupuesto del Estado sea redistribuido para ajustarse a la estrategia de la UE de políticas económicas sólidas orientadas al crecimiento. Esto se consigue mediante la introducción de un nuevo procedimiento estándar para abordar las políticas económicas de los Estados miembros: El “procedimiento de desequilibrio excesivo”.
En primer lugar, se definen los desequilibrios macroeconómicos que no quedan muy claros en la redacción del procedimiento, lo cual deja vía libre a la UE para intervenir cuando quiera. Es decir, los parámetros con los que se puede evaluar la economía de un Estado miembro abarcan un amplio abanico de asuntos e incluyen la política fiscal, la política laboral y la composición de la deuda.
Después, la Comisión define los niveles de alerta para determinar cuándo tienen que tomar medidas.
A partir de ahí, el Consejo puede exigir que los Estados elaboren un plan de acción que, si no les convence, pueden modificarlo. Las recomendaciones se podrían referir al funcionamiento de los mercados laboral, de productos y servicios, de conformidad con las orientaciones generales de política económica y las directrices de empleo también podrían referirse tanto a los ingresos como a los gastos. En realidad, se deja vía libre para recortes en salarios y medidas de protección social.
Finalmente, si un Estado miembro forma parte de la Eurozona, se le pueden imponer sanciones económicas de alrededor de un 0.1% del PIB anual.

El nuevo procedimiento de desequilibrio excesivo y las otras propuestas se basan en una serie de ideas sobre las mejores vías para salir de la crisis y para evitar nuevas (todo esto en opinión de los dirigentes europeos, ¡por supuesto!) En la última década, la competitividad se ha convertido en el objetivo principal de la Unión Europea. Es por ello, que no dejan de ordenar recortes salariales y de derechos sociales y laborales porque es su forma de competir con aquellos Estados donde se trabaja en régimen de semi esclavitud.
La estrategia UE 2020, es una versión revisada de la estrategia Lisboa 2000. aquí, la competitividad es sinónimo de mercados laborales flexibles (despidos a coste cero), reducción drástica de las pensiones públicas, comercialización de los servicios públicos, reforma de la educación y de las políticas de investigación para servir de manera más directa a las grandes empresas.

Toda esta estrategia viene avalada por las campañas salvajes de lobbys industriales como la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), un club exclusivo de ejecutivos de las grandes compañías transnacionales. ERT ha conseguido diseñar la agenda política europea y ha presionado para desplazar el poder y el debate político de los estados a la UE.
La estrategia de competitividad ha tenido un impacto enorme sobre las políticas europeas. La liberalización de los servicios se ha llevado a cabo de una manera que amenaza la legislación laboral, los servicios públicos se han liberalizado, la burocracia que molestaba a las grandes empresas se ha reducido en el marco de la liberación de servicios, el desarrollo de la agenda social se ha parado, los procesos de decisión se han acelerado y se han eliminado del debate político abierto de una forma que beneficia a los intereses de la comunidad empresarial.
En un documento de 2002, la ERT escribía: “ las implicaciones de los presupuestos nacionales y de las medidas principales de política fiscal nacional se deberían revisar por la UE en su fase de redacción.” Ocho años más tarde, la UE introducía esto que acabamos de ver y lo llamaba “Semestre europeo”.

La Comisión ha argumentado que los desequilibrios presentes antes de la crisis financiera y la consiguiente contracción del crédito han provocado las crisis profunda de Grecia, Irlanda, Portugal y España. La competitividad en Grecia se estaba quedando muy por detrás del resto; en España e Irlanda las burbujas inmobiliarias eran evidentes. Sin embargo, habría sido útil que la Comisión hubiera profundizado un poco más en las causas de estos desequilibrios. Es normal que no lo haga porque tanto las divergencias de competitividad como la presencia de burbujas especulativas están directamente relacionadas con el euro y la UE.
El euro introdujo un nuevo tipo de política de “empobrecimiento del vecino” que beneficia principalmente a Alemania, ya que en la eurozona, la economía con los mejores resultados se hace más fuerte si las economías más débiles no pueden devaluar. También hay que ver cómo un efecto de la unión monetaria las burbujas especulativas. Al compartir el mismo tipo de interés Alemania y las economías periféricas, el tipo tiende a ser demasiado alto para Alemania y demasiado bajo para países como España e Irlanda. Como consecuencia, los bancos prestan dinero, pero no para fines productivos, sino para especulación inmobiliaria.

De todo esto se desprende, que el tipo de cooperación fiscal resultante conllevará un precio muy alto para los países de la periferia como España, puesto que se insiste una y otra vez en que estos países paguen los desequilibrios del proyecto del euro haciendo ajustes para aumentar su productividad.

Esta respuesta a la crisis viene determinada por la posición de poder que mantienen Francia y, sobre todo, Alemania en la UE. Van a aprovechar la situación para esquilmar el resto de Europa y conseguir una base sólida para que sus grandes corporaciones multipliquen beneficios en aras de la cohesión en la eurozona y para que sus bancos privados cobren todos los intereses creados al especular con las deudas de aquellos países que previamente han destruido a través de la especulación.

Esta es una revolución drástica en un intervalo de tiempo muy corto y su rapidez se debe a la urgencia de la crisis económica. Es un ejemplo de lo que describe Naomi Klein en su doctrina del shock. La aprobación de esta revolución es el principio de una nueva fase, lejos del debate público, de la Unión Europea. La Comisión y los Estados miembros han decidido todo esto a espaldas de las personas. El mensaje parece claro: el pueblo no pinta nada. Por eso, hoy más que nunca es imprescindible que seamos millones los que tomemos las calles y los centros de decisión política y económica. O tomamos el poder o el poder nos destruirá.

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viernes, 24 de junio de 2011

19-J EN CASTELLÓN





Pasados unos días desde el 19-J, es momento de hacer balance de lo vivido en primera persona.

Ante todo, debo decir que compartir esa jornada de protesta con más de 6.000 personas es una sorpresa y una alegría enorme. Para todos aquellos a los que esta cantidad de personas os parece irrisoria, quiero aclararos que la manifestación a la que asistí y de la que os hablo tuvo lugar en la ciudad de Castellón. Efectivamente, la ciudad de los caciques populares, la ciudad de los aeropuertos para las personas, de los tranvías sin destino, del inmovilismo por antonomasia.

Dicen los más viejos del lugar que les costaba recordar una manifestación tan numerosa en las últimas décadas y se mostraban encantados ante el espectáculo que ofrecía semejante multitud.

Para los que conozcáis la ciudad, baste decir que la manifestación ocupaba toda la avenida Rey Don Jaime y la plaza Clavé; para los que no la conozcáis, imaginaros una de las arterias más importantes de vuestra ciudad repleta de personas.

















































Personalmente, estoy muy satisfecho porque empiezo a ver que la gente deja de corear consignas sin sentido en favor de propuestas que sólo son pequeños parches al sistema y empieza a reclamar verdaderas alternativas al sistema. Mención especial merecen todas las consignas referidas a nuestro político más popular (nunca mejor dicho) Carlos Fabra.

Esta manifestación ha supuesto un enorme empujón al esfuerzo que muchas personas realizamos en el día a día por tratar de construir algo grande y verdaderamente revolucionario. Supone un espaldarazo a muchas horas de dedicación, pero eso sí, es tan sólo el inicio de un movimiento que debe llevarnos sin remisión a una alternativa al sistema capitalista que nos permita a los seres humanos y a la Tierra situarnos por encima de los beneficios económicos.



domingo, 12 de junio de 2011

SEAMOS VALIENTES

Vivimos tiempos complicados y difíciles de comprender. Todas aquellas personas que, como yo, nacimos durante la transición, crecimos con la promesa de un futuro esplendoroso después de muchos años en los que la muerte, el hambre, la miseria y la represión habían causado estragos entre gran parte de los habitantes de este país. Nuestros mayores nos hablaban con esperanza e ilusión del porvenir que nos esperaba.

Fuimos creciendo y entramos en la Unión Europea (entonces la CEE) todo parecía que marchaba viento en popa. De vez en cuando, se producían contratiempos que desencantaban un poco al personal pero siempre se seguía adelante con un espíritu de superación y con la convicción de que todo iba a ir mejor. En esto nos incorporamos al mundo laboral y el dinero parecía caído del cielo (casi daba igual de que trabajaras porque en todos lados se ganaba dinero), el consumo se disparó hacia el infinito y nos vimos rodeados de abundancia. No supimos o no quisimos ver la que se nos venía encima y eso que siempre hubo voces (entonces me parecían pocas y débiles, más tarde he comprendido que no eran tan pocas ni tan débiles sino que estaban silenciadas por el sistema hegemónico) con criterio que nos advertían de lo que estaba sucediendo y del engaño en el que nos habíamos instalado.


Ahora, ya hemos acumulado una cuanta experiencia y unas cuantas vivencias que nos permiten tener una perspectiva más amplia del mundo que nos rodea y nos damos cuenta de cuanta razón tenían aquellas voces minimizadas de hace unos años. Vivimos absolutamente engañados gracias al poder que tienen y siempre han tenido los grandes capitalistas. Han tejido para nosotros una red de falsa opulencia y libertad atrayéndonos hacia el mismísimo centro de esa red para, una vez allí, atraparnos y no dejarnos escapar, y hemos caído en la trampa sin oponer apenas resistencia. Nos han atrapado en una espiral de consumo desmesurado y de una violencia económica e intelectual que prácticamente nos ha dejado sin respuesta, lo cual les ha permitido despojarnos de la mayoría de nuestros derechos y nuestra libertad como seres humanos. Estamos siendo reducidos a la condición de esclavos, esto es así literalmente en muchos países donde desde hace siglos las personas son consideradas meras mercancías que se utilizan para mayor gloria y beneficio del capital. En otros países nos empezamos a dar cuenta de que también lo somos (aunque el envoltorio es más bonito y lujoso, en el fondo la intención es la misma) y tanto allí como aquí, en el momento en que alguien alza la voz es reprimido por la ingente cantidad de recursos que los Estados destinan a la represión. Así se ponen en marcha todos los mecanismos disponibles. Empezando por los más directos como ejércitos, policías, e incluso, cuerpos paramilitares; siguiendo por los medios de comunicación que criminalizan de inmediato a todo aquel que tiene algo que decir contra el sistema capitalista y terminando por un sistema educativo diseñado específicamente para crear seres sin espíritu crítico y totalmente doblegados ante un sistema social organizado alrededor del capital. Mención especial para toda esa pseudointelectualidad que justifica la necesidad de que las cosas continúen igual y centran todos sus esfuerzos en perpetuar esta situación.


Ante todo esto, sólo caben dos opciones: acatar y participar activamente de este régimen de esclavitud o posicionarse a favor del cambio radical de sistema. No caben las medias tintas en esta cuestión, no existe un capitalismo menos malo al que se pueda llegar a través de parches y pequeñas modificaciones.


Esto es una cuestión de todo o nada, o aceptamos la esclavitud o luchamos por la libertad.
La opción es personal pero la decisión que cada uno tome afectará al conjunto de la humanidad.





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miércoles, 1 de junio de 2011

PASE LO QUE PASE

Arropado por el calor que transmite la ola de concienciación política que pasea por muchos territorios de este vasto mundo siento como el cambio de miras se está produciendo, sin embargo, no puedo dejar de pensar en lo lamentable que sería dejar pasar esta oportunidad sin llegar a proponer verdaderos cambios que afectaran realmente al modo en que vivimos.

A mi alrededor veo y oigo como muchísimas personas se esfuerzan por lograr una mejora del sistema democrático y para ello eligen el camino del cambio de ley electoral, el mayor control sobre lo que hacen y dejan de hacer los políticos y que se tenga en cuenta la voz de la ciudadanía a través de las ILP (Iniciativa Legislativa Popular) y los referéndums y/o consultas populares. Todas estas reivindicaciones y tantas otras que van surgiendo me parecen estupendas pero insuficientes.

Como participante activo de esta marea colectiva trato de aportar mis puntos de vista y, sobre todo, trato de razonar acerca de la incompatibilidad que para mí existe entre una verdadera democracia y el sistema capitalista.
De nada sirve un reparto más proporcional de los votos o garantizar que los políticos corruptos no puedan acceder a cargo alguno mientras no se ataque el principal problema del mundo actual: la absoluta desigualdad entre las personas producida por un sistema dominante que obliga a malvivir (o directamente a morir) a la mayoría de la población para que unos pocos puedan nadar en la más escandalosa abundancia. El verdadero objetivo de este “movimiento” de indignación debe estar en las esferas financieras y empresariales que son las que realmente controlan las políticas en los diferentes países. Hay que apuntar alto y apostar muy fuerte porque, de lo contrario, se corre el riesgo de no conseguir nada realmente importante.

Podemos hacer que el sistema se abra a más partidos políticos que representen una mayor pluralidad, pero eso no servirá de nada mientras estos partidos dependan del sistema financiero para subsistir por lo que jamás se podrá luchar en igualdad de condiciones. Por no mencionar que este entramado capitalista (y los medios de comunicación que controlan) es el principal garante del bipartidismo que tanto estamos criticando.

Podemos conseguir que nuestra voz sea tenida en cuenta e incluso sea acatada por los políticos pero aunque así sea no se verá reflejada en ninguna acción política si no se consigue el control económico y se garantiza su uso con criterios sociales y éticos y no de beneficios.

Podemos conseguir que personas honradas ocupen los cargos públicos pero se verán con las manos atadas (o venderán su alma al diablo) si no empezamos a hacer frente a los grandes capitalistas y su absoluto control. Porque ellos no han dudado, ni dudarán jamás, de qué es aquello que les interesa: mantenernos siempre alejados del verdadero poder y sometidos totalmente a su voluntad.

Todo esto no es ninguna objeción a lo que está sucediendo alrededor del planeta. Como persona implicada en los acontecimientos trato de hacer mis aportaciones que pueden coincidir, o no, con las de muchas otras personas; sin embargo, ello no va a hacer que deje de luchar y apoyar todas aquellas acciones que nos acerquen cada vez más a una sociedad donde no sea necesario que muchos mueran para que otros podamos vivir mejor. Por eso, sigo y seguiré movilizado independientemente de cómo se desarrollan los acontecimientos porque considero que una vez se toma conciencia de la maldad del sistema es imposible dar marcha atrás y hacer como si nada pasara. El camino de la lucha lo inicié hace cierto tiempo y lo seguiré hasta el final.

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